Algunos principios y características de Montessori a través de sus libros

“Si tuviese yo las telas bordadas del cielo,
Recamadas con luz dorada y plateada,
Las telas azules y las tenues y las oscuras
De la noche y la luz y la media luz,
Extendería las telas bajo tus pies:
Pero, siendo pobre, sólo tengo mis sueños;
He extendido mis sueños bajo tus pies;
Pisa suavemente, pues pisas mis sueños.”

W.B. YEATS

 

educacion e infancia

 El secreto de la infancia

El secreto de la infancia, es el título de un libro de Maria Montessori pero al mismo tiempo resume a la perfección su gran descubrimiento. Revela , que en realidad lo que hizo, fue descubrir algo que siempre había estado ahí y que por lo tanto, si se observaba y estudiaba de manera adecuada, iba a brotar frente a nosotros como una flor preciosa que hubiera estado esperando el alimento y la luz necesarios. En sus palabras: “ Eran verdaderas flores cerradas”, “ Como si una tormenta impidiese al alma del niño salir de su recinto secreto”. Donde la tormenta es el ambiente del adulto.

Es por ello que la lectura de este libro, aún estando separado por capítulos muy claros, sigue una lógica ancestral, basada en el amor por la vida. Leer a Montessori, es como leer los diarios secretos de la madre naturaleza y después de cada párrafo piensas: “…cómo no me había dado cuenta,..” “… ahora lo entiendo …”.

Ese secreto no es otro que el descubrir la infancia como un jardín que se ha de respetar, por el que pasear en silencio, sin pisar semillas, hierbas, flores y regando lo justo y necesario. Como ella misma dice : “El niño posee una vida psíquica que ha pasado inadvertida en sus delicadas manifestaciones, y el adulto puede de modo inconsciente romper sus designios ”

El método no nació en San Lorenzo, pero si los descubrimientos que formarían su base, sus principios. Un 6 de enero, inauguró la primera “casa dei bambini”, con un fragmento de la Liturgia del día de la Epifanía: “Mientras la tierra se hallaba cubierta por las tinieblas..” Siendo ya fiel a una de las características principales de un buen guía Montessori: la importancia de la comunicación, de transmitir mucho con poco, de elegir bien las palabras, de expresarse de la forma más bella posible, pues cada momento es precioso y único, y por lo tanto capaz de marcar la diferencia, la capacidad de persuasión.

Queriendo analizar y construir su trabajo con los niños con rigor científico, la observación fue una constante en toda su carrera, a través de la cual pudo realizar sus descubrimientos psicológicos.

A continuación detallaremos algunos de los principios Montessorianos con ayuda de sus palabras.

 

LA IMPORTANCIA DE LA REPETICIÓN

“ Me sorprendió que una niña tan jovencita mostrara tanto interés en repetir el ejercicio interminablemente”

 

Montessori y su ayudante probaron todo tipo de distracciones frente a la concentración espontánea de dicha niña: hacer cantar y bailar a otros niños, mover su silla.  La niña “despertó” de su concentración, feliz, había sido capaz de dar un paso de gigante en su crecimiento:  el florecimiento del ego a pesar de los estímulos exteriores.

Los niños tienen una capacidad innata para la concentración, y la repetición será lo que les llevará al perfeccionamiento, y ese perfeccionamiento a la felicidad y la satisfacción. Cuanto mejor se enseñaba un ejercicio, y a mejor se refiere a hacerlo de forma persuasiva y acorde a las necesidades del niño, más invitaba a la repetición.

Esta repetición forma parte del carácter propio del trabajo de los niños, y por lo tanto, si además de fomentar la concentración, la actividad tiene un fin real, un contexto cercano, no sólo se consigue la mejora de esa virtud ( la concentración) sino el aprendizaje de tareas útiles ( vida práctica) y lo que éstas conllevan: a hacer del ambiente del niño, de su entorno, su propio mundo, y lo que es mejor aún, a hacer del mundo su propio ambiente ( por fin hay actividades comunes en el mundo exterior y las aulas).

 

LA LIBRE ELECCIÓN

“Comprendía, observándoles, su deseo de colocar ellos mismos los objetos en su lugar”.

 

La desobediencia frente  a las órdenes de su ayudante, provocó una reflexión importantísima para el desarrollo del método.  Esa desobediencia no era más que una reacción natural al ego del adulto, que les impedía realizar actividades llenas de utilidad y belleza, aquellas que les permitirían ir descubriendo el mundo y construirse a si mismos.

Así, la libertad de elección se convirtió en el principal aliado del ambiente preparado y de la observación como herramienta para el desarrollo, ya que sin esa libre elección no se podían observar los verdaderos caminos del espíritu del niño, sus tendencias y sus necesidades psíquicas.

La libre elección necesitaba tanto del ambiente preparado  como éste de la libre elección. Para que ambas fluyeran era necesario diseñarlos desde cero,  partir de la simplicidad y el orden.

Eliminar la confusión de lo innecesario, lo superfluo,  lleva a mayor interés y concentración. Eliminar las órdenes, los caminos marcados por el profesor, lleva a cultivar el deseo de los niños.

 

MATERIALES EN VEZ DE JUGUETES

“Los juguetes son algo inferior en la vida del niño, éste sólo los elige cuando no dispone de algo mejor”.

 

Los juguetes no se toman en serio el principal deseo del niño: pasar de ser un ser inferior a ser un ser superior. Esto suena un poco grandilocuente pero no deja de ser otra forma de decir que el niño quiere “mejorar”, y lo quiere hacer a través del descubrimiento. Los juguetes son materiales diseñados por el adulto para que el niño juegue. Si buscamos la definición del verbo jugar, encontramos lo siguiente: Realizar una actividad o hacer una cosa, generalmente ejercitando alguna capacidad o destreza, con el fin de divertirse o entretenerse. Lo cual nos llevaría a buscar la definición de divertirse y entretenerse, conceptos todos ellos desconocidos para el niño, y que menosprecian la existencia del niño, le pretenden alejar de la realidad, eliminando sus dos posibles espontaneidades: la de trabajar para construirse en un mundo real y útil, y la de divertirse y entretenerse descubriendo él la mejor manera y no los adultos.

Los juguetes no tienen sentido en un ambiente Montessori puesto que en éste se busca el deseo innato del niño y para él no hay diferencia entre jugar y trabajar, son las dos caras de una misma moneda, y puestos  a realizar actividades, mejor que llenen de dignidad, habilidades y conocimiento al niño. A realizar una actividad o hacer una cosa, generalmente ejercitando alguna capacidad o destreza, con el fin de desarrollarse.

 

NI RECOMPENSAS NI CASTIGOS

“ No hacían caso ni de unos , ni de otros”

 

Se refiere a las recompensas y los castigos. Dentro del nuevo ambiente, y de los nuevos roles establecidos, no solamente ignoraban los castigos, sino que las recompensas les producían desprecio. Los castigos no les apenaban y las recompensas les apartaban de la posibilidad de hacer un trabajo por el simple hecho de hacerlo, de la dignidad que conlleva el realizar una actividad por el bien de uno mismo y de una comunidad.

El uso constante de castigos y recompensas le quita las ganas de trabajar al niño antes incluso de empezar, ya que se acaban convirtiendo en el fin, y no sólo en el recurso pedagógico inicialmente pensado.  Y el fin ha de ser despertar el deseo del niño por aprender, y no apagar esa llama con castigos que oscurecen el ambiente y agreden la comunicación, ni con las recompensas, que incluso sin malas intenciones consiguen alejar para siempre la posibilidad de encontrar un deseo innato, que fluya, que florezca sin interrupciones, sin límites.

 

EL SILENCIO

“ Ninguno de vosotros podría respirar como él, sin el más leve rumor…”

 

El silencio siempre había estado ahí, pero el ruido, el exceso de estímulos lo ocultaban. Maria Montessori recupera el silencio gracias a la visita de un bebe. Sin el silencio es imposible escuchar su respiración.  De esta manera inventa el juego del silencio, que no deja de ser otra actividad para ejercitar el sentido del oído y con la que consigue además mejorar el ambiente, contribuyendo al orden ya no sólo visual sino también auditivo y porque no decirlo, espiritual.

Para aprender conceptos es necesario el contraste, y cuanto más silencio más contraste,  del mismo modo que cuanto más espacio hay,  más posibilidades hay de movimiento. Al descubrir la sensibilidad de los niños por el silencio, apareció también el descubrimiento de una sensibilidad especial por los sonidos suaves y dulces.

 

LA DIGNIDAD DEL NIÑO/A

“ Los niños tienen un sentimiento profundo de la dignidad personal; su alma puede recibir heridas profundas que el adulto nunca llega a sospechar”

 

Después de una presentación de cómo sonarse la nariz, la clase entera aplaude a la profesora. Este aplauso espontáneo revela a Montessori la necesidad del niño de ser tratado con dignidad.

Para los niños el momento en el que un adulto se acerca casi sin avisar para limpiar sus mocos es un momento desagradable y humillante, así que enseñarle a hacerlo por si mismo sería la mejor forma de devolverles su dignidad y por lo tanto  de ser capaces de formar parte de la sociedad.

Este pequeño gran cambio tiene unos efectos maravillosos en el entorno del niño, ya que al saciar la necesidad del niño de formar parte del mundo obtenemos como recompensa un mundo lleno de pequeñas grandes personas capaces contagiar con todas sus cualidades a aquellos que les rodean: alegría, libertad, orden, responsabilidad, respeto, amor por el silencio…… dignidad.

 

LA DISCIPLINA

“ Hacen exactamente lo que les digo, y esto me hace sentir una responsabilidad por cada palabra que pronuncio”

 

¿El orden conlleva disciplina o la disciplina conlleva orden? Ciertamente son dos características que se retroalimentan, pero ha de ser la maestra la que facilite el orden para que la disciplina llegue de forma natural, sin justificaciones, así, juntos el orden y la disciplina, nos llevaran a uno de los tesoros descubiertos en San Lorenzo: la espontaneidad.

Sólo sobre esta disciplina natural puede construirse ,sin miedo a desmontarse, la disciplina social, tan compleja , cambiante y ajena a las necesidades individuales.

Sólo así podrán conseguir ser libres más allá de las paredes de las aulas.

 

EL APRENDIZAJE DE LA LECTURA Y LA ESCRITURA

“Es un verdadero secreto, una llama que, una vez descubierta, aumenta una riqueza adquirida. (…) Participa la mente y también la mano”

 

Montessori empezó a trabajar la escritura y la lectura por una petición de las familias, y aprovechando las características de su método diseñó unos materiales con los que a través de los sentidos aprendieran.

Empezó con las letras de lija, móviles, trabajando los sonidos y las formas de dichas letras. Y entendió que el lenguaje escrito y el lenguaje hablado se desarrollan paralelamente. Así pues el trabajo casi inconsciente que lleva al niño a hablar, reflejará tarde o temprano , si se le da el impulso y las herramientas adecuadas, el lenguaje escrito.

Así sucedió en San Lorenzo: la aparición de la escritura fue una explosión, una catarata. Los niños después de descubrir que podían escribir, lo hacía por todas partes y a todas horas.

Pero la lectura no llegó de la misma forma, tuvieron que guardarse los libros para cuando estuvieran preparados, ya que  al ser la lectura una actividad pasiva en la que los niños no se expresan sino que han de entender algo expresado, no llamaba tanto su atención.

Pasaron seis meses para que  comprendieran qué era la lectura, y lo harían a partir de la escritura. Montessori escribía en un papel palabras ,que por lo general eran órdenes,  y cuando ellos las entendían se podía ver en su cara y en sus gestos que habían hecho un gran descubrimiento. De aquí se pasó a frases más complejas.

Para los niños durante esta fase, leer era estimulante porque tenían que descifrar un montón de símbolos sin sentido ( Montessori pone como ejemplo el estudio de las pinturas prehistóricas por parte de los adultos)

Dentro de todo el proceso, lo más importante es respetar el interés del niño, convertir el proceso en un descubrimiento personal. Guiarles hasta que descubran que dentro de un libro hay escrita una historia, que podrían haberla escrito ellos mismos.

Rafa Rodríguez