Entorno educativo

Los niños y niñas interactúan con su entorno,  y de esta manera se desarrollan. Si tenemos en cuenta este principio elemental, podemos entender la importancia de diseñar de forma adecuada los espacios de una guardería.  En edades tempranas los niños/as son muy sensibles a todo, así que se ha de tener en cuenta hasta el más mínimo detalle: el ruido, el olor, el espacio, los colores, materiales, la distribución, el orden, los límites….

En un ambiente Montessori, la tutora y el espacio han de ser uno, porque sin ayuda de todo lo que rodea al  niño no seremos capaces de despertar al niño autónomo, curioso, activo , paciente y pacífico que buscamos.

La maestra es la encargada de diseñar el espacio, basándose en las tendencias humanas, los ritmos de los niños y sus periodos sensibles.  La relación con los niños ha de ser fundamental.  Ellos necesitan amor pero también límites.  Por eso es tan importante el entorno y sus actividades,  todo ello es lo permitirá a la maestra observar al niño como elige libremente y cuáles son sus verdaderas necesidades. De esta forma podrá conocer al niño y modificar el ambiente en función de esas necesidades.

Como en todos los aspectos de la educación Montessori, todo está pensado y alineado con el principal protagonista: el niño. Es por ello que nuestras maestras reciben formación contínua Montessoriana, directamente de la Opera Nacional de Roma.

El mayor orgullo para una maestra es que los niños trabajen y aprendan sin su ayuda. Avanzar con pequeños pasos pero firmes hacia la independencia del niño.

Con demasiada frecuencia se le llaman juguetes a los materiales diseñados por Maria Montessori, lo que provoca que a muchos juguetes por ser de madera y aparentemente diseñados con fines educativos se les ponga la etiqueta de Montessori.  Para entender porqué no son juguetes es preciso dejar claro que para los niños no existe diferencia entre juego y trabajo.  La diferencia la pone el adulto con su mirada y su propósito de menospreciar al niño.

Es por ello que en los espacios Montessori se rodea a los niños de materiales reales y de materiales nobles: metal, madera, cristal… Primero por su poco impacto sensorial ( queremos a niños asombrados, no abrumados ni saturados ) y segundo por su relación con las leyes naturales ( por ejemplo, el cristal se rompe, lo que nos enseña a ser cuidadosos y aprender del error)

Dichos materiales y las actividades que están relacionadas con ellos han de fomentar el desarrollo humano (en estas edades el desarrollo es individual, nace de uno mismo y su interacción con el ambiente) y han de tener algún tipo de relación con la vida cotidiana, por el aprendizaje que ya se tiene con la observación y por el significado emocional que tiene para los niños (puedo hacer algo importante, algo que también hacen mis padres, puedo poner mi granito de arena para la convivencia).